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Adiós a Mariano

  • 12/01/2017
Nuestro Marianico se ha ido sin avisar, no nos lo esperábamos. Parece que si se ponen enfermos, algo muy probable por las edades que tienen y todos los problemas añadidos, nos vamos preparando para el desenlace fatal, que sí que lo sabemos pero tenemos nuestro corazoncito y hay que amortigüar la caída. Ayer cuando lo metí en la ambulancia y le preparé la bolsa, estaba tan segura de que volvía que no le dí un beso de despedida…hoy no puedo disimular ese sentimiento de tristeza por su pérdida y de cólera por pensar que, el que haya decidido llevárselo podía haberlo dejado un poco más de tiempo, pero la muerte es implacable: cuando llega el momento no hay quién la pare. Esta tarde no me ha apetecido ir a la residencia pues el duelo y la despedida tengo que hacerlo. Mañana volveré con las pilas cargadas… pues tengo mucho trabajo por hacer y muchos abuelicos que cuidar!!!!!! Mariano era supergracioso, se reía hasta de su sombra…. lo estoy viendo caminar por el pasillo con su bastón y pasito a pasito, pasos corticos corticos, parecía el anuncio de las muñecas de famosa se dirigen al portal!!!, tenías que estar atenta pues hablaba muy bajito pero siempre te reías con él, alguna vez levantó el garrote amenazante…pero era nuestro Marianico, nuestro trabajo sería muy aburrido sin esos momentos en que «la cabeza les patina un poco». Le he pedido a mi equipo que digan algo que  le definiese o con lo que van a recordarle y esto han comentado: su simpatía, era muy  cariñoso, un «Dandee» pues siempre nos decía cosas bonitas, su sonrisa, siempre me decía que era muy buena trabajadora, muy risueño y alegre, era genial, sobre todo cuando le daban esos ataques de risa sin sentido, un gran comedor y con mucha paciencia, muy recogido pues siempre tenía la dentadura muy bien guardada en alguno de sus bolsillos, amable y bien mandado, buena persona, no olvidaré la noche que se levantó y se puso los calcetines de su compañero de habitación y las alpargatas del revés…